Signos y síntomas
Los pterigiones habitualmente tienen lugar a un lado del ojo, cerca de la nariz, pero pueden desarrollarse también en el lado más cercano a la oreja, y pueden afectar uno o ambos ojos.
Muchas personas con un pterigión leve quizás no experimenten síntomas ni requieran tratamientos. Pero los pterigiones grandes o en crecimiento a menudo causan una sensación como si tuvieran arena, picazón o ardor, o la sensación de tener algo en el ojo (llamada sensación de cuerpo extraño en el ojo). También, estos pterigiones con frecuencia se inflaman, ocasionando un aspecto poco atractivo en los ojos enrojecidos.
Si un pterigión invade la córnea de manera significativa, puede distorsionar la forma de la superficie anterior del ojo, ocasionando astigmatismo y aberraciones de orden que afectan la visión. Algunas veces, las personas confunden los pterigiones con tumores oculares llamados pingüéculas, pero son diferentes.